En una
de las paredes del zulo-box-cubículo veo un papel pegado con cinta adhesiva en
el que pone “Frontdesk” seguido de un número de teléfono “902…”; mis amplias
dotes de deducción hacen que llegue a la conclusión de que tengo que marcar ese
número para conseguir acceder al.. perdón loguearme
Un
tono, una voz nasal:
- - Centro de Atención al Usuario, le atiende la posición cerodosnueve.
- - Sí, hola, mira, me llamo Erre y no consigo acceder al, que digaaaa,
loguearme.
- - Me tiene que enviar un email con la incidencia.
- - Pero es que no puedo entrar en el, perdón, loguearme en el email.
- - Me tiene que enviar la incidencia por escrito.
- - Mmmmm, creo que no me estás entendiendo es que no puedo entrar en la
máquina, enciendo, me pide un password que no tengo y…. bueno, yo estoy sentado
aquí al lado de Aracne, si te parece, me acerco a tu sitio y me enseñas a
acceder, quizá estoy haciendo yo algo mal…
- - Me temo que no va a ser posible, veo que me llama desde Madrid y
nosotros estamos localizados en Bogotá.
- - Ayyy, qué bien, ¡maravillosa ciudad! Mi novia es de allí – miento sin
ningún pudor mientras busco en el móvil información que me pueda sacar de esta –
de Seminario.
- - ¿Siiii? Qué lindo lugar, intente acceder ahora tecleando en el nombre
de usuario su apellido y como password la palabra “Seminario”.
- - ¡Bien! Sí, ya he conseguido entrar, muchas gracias.
- - Mándeme un email con la insidensia -ha relajado el acento - ¿si?
- - Sí, sí, ahora te lo mando.
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